viernes, 13 de octubre de 2017

la castañada

La castañada ¿De dónde viene su tradición?

  
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La “Castanyada” es una fiesta popular propia de las comunidades de Catalunya, Aragón, Valencia y las Islas Baleares que, tradicionalmente, se celebraba el día de Todos los Santos aunque últimamente se ha ido desplazando hacia la vigilia de este día, la noche entre el 31 de octubre y el 1 de noviembre.
Como el Halloween anglosajón, el Magosto de tierras asturianas, leonesas o gallegas, el Gaztainerre del País Vasco o la Chaquetía extremeña, la Castañada proviene de una antigua fiesta ritual funeraria, vinculada con ancestrales y ya olvidados cultos paganos.
Básicamente consiste en una comida donde se consumen castañas, panellets (un dulce típico de la región), boniatos y fruta confitado. Todo ello regado con vino moscatel.
Además, por estas fechas es tradicional la figura de la castañera, que vende por las calles castañas asadas y calientes, habitualmente envueltas en papel de periódico.

Historia de la Castañada

Es difícil determinar con precisión el origen de la tradición. Desde el paleolítico, la castaña y la bellota habían formado parte de nuestros hábitos alimenticios. Más tarde, con la expansión del cultivo de castaños por los romanos en la Península, su fruto se convirtió en la base de nuestra alimentación, bien fuera como fruto seco, bien fuera seco o molido para hacer harina.
De aquella época datan los ritos paganos y las fiestas que coincidían con la recogida del fruto y servían como agradecimiento a los dioses por la cosecha recibida.
Los orígenes más próximos de la tradición de la Castañada la vinculan a finales del siglo XVIII y derivan de los antiguos banquetes funerarios en los que no se servían otros alimentos que legumbres, frutos secos y panecillo votivos que darían lugar a los panellets. El banquete tenía un sentido simbólico de comunión con el alma de los difuntos: asando las castañas se rezaban las tres partes del rosario por los difuntos de la familia.
Hay otra versión más práctica del inicio de la tradición relacionada con los campaneros. A finales del siglo XVIII, estos debían pasar la noche de Todos los Santos haciendo sonar las campanas de todos los campanarios de los pueblos y villas. Como era una tarea dura y ardua, eran ayudados por amigos y familiares. Y para aguantar toda la noche, debían alimentarse con una comida energética: castañas, boniatos y panellets, regado con moscatel para soportar bien el frío de la noche.

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